La compañía Kinco, que tiene en su poder 23 franquicias de la conocida cadena de hamburgueserías Burger King, entró a finales de junio en la ley de insolvencia financiera, ya que se encontró con un Ebitda negativo.
En la solicitud de la propia ley viene recogido lo siguiente: “Está en inminente incapacidad de pago, por cuanto para los primeros cuatro meses del 2015, la sociedad tuvo un Ebitda (Utilidad antes de impuestos, depreciciones y otros cargos) negativo; sus ingresos operacionales no alcanzan a cubrir los costos y gastos, debido a los incrementos de la tasa de cambio, aumentando los costos de los productos importados como materia prima, que representan el 70 por ciento de los valores de los insumos de lo vendido".
Sin embargo, la Superintendencia de Sociedades ha permitido a la empresa que el proceso para acordar el pago de la deuda con los acreedores la realice el propio equipo de la empresa, que será quien plantee y opere la reestructuración. Eso sí, con supervisión.
Esta galena ha sido dada a Kinco debido a que la Superintendencia de Sociedades considera que la crisis actual en la que está inmersa la compañía no ha sido causada por la mala administración propia, sino por aspectos relacionados con la casa matriz.